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El Desespero es Tu Enemigo-5/25

Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. 1Samuel 13:8-9

Jonatán hijo de Saúl atacó a la guarnición de los filisteos y éstos salieron contra Israel con todo su armamento militar. El pueblo de Israel al ver la fuerza del enemigo, y que ellos estaban en desventaja, tuvieron temor, y comenzaron a desertar, huían y se escondían, y los que quedaron con Saúl en Gilgal, iban temblando tras él.

Al Saúl ver este panorama se desesperó, e hizo lo que no le era permitido hacer. El se cansó de esperar por Samuel y mandó que le trajeran los animales y, sacrificó y ofreció el holocausto como ofrenda, lo cual no le era permitido a él hacer. Samuel como sacerdote era el indicado para hacerlo.

La desesperación nunca te llevará a la victoria, muy por el contrario, la desesperación te llevará siempre a desobedecer, y hacer lo que Dios no te ha pedido que hagas.

La desesperación te llevará a perder lo que Dios tiene para ti. Dios había escogido a Saúl para ser rey de Israel cuando el pueblo pidió un rey, pero ahora se retractaba. Mire las palabras que Samuel le dice: “Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.” 1Samuel 13:13-14

No dejes pues, que el desespero te haga quebrantar el mandamiento y perder con ello lo que Dios te ha concedido. ¡Amén!

Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. 1Samuel 13:8-9

Jonatán hijo de Saúl atacó a la guarnición de los filisteos y éstos salieron contra Israel con todo su armamento militar. El pueblo de Israel al ver la fuerza del enemigo, y que ellos estaban en desventaja, tuvieron temor, y comenzaron a desertar, huían y se escondían, y los que quedaron con Saúl en Gilgal, iban temblando tras él.

Al Saúl ver este panorama se desesperó, e hizo lo que no le era permitido hacer. El se cansó de esperar por Samuel y mandó que le trajeran los animales y, sacrificó y ofreció el holocausto como ofrenda, lo cual no le era permitido a él hacer. Samuel como sacerdote era el indicado para hacerlo.

La desesperación nunca te llevará a la victoria, muy por el contrario, la desesperación te llevará siempre a desobedecer, y hacer lo que Dios no te ha pedido que hagas.

La desesperación te llevará a perder lo que Dios tiene para ti. Dios había escogido a Saúl para ser rey de Israel cuando el pueblo pidió un rey, pero ahora se retractaba. Mire las palabras que Samuel le dice: “Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.” 1Samuel 13:13-14

No dejes pues, que el desespero te haga quebrantar el mandamiento y perder con ello lo que Dios te ha concedido. ¡Amén!